Lula y la victoria esperada - Semanario Voz

2022-11-07 16:17:06 By : Mr. Andy Zeng

Pacificar el país y gobernar para todos, en especial para los más vulnerables, ha sido uno de los mensajes que ha prometido el líder del PT durante esta campaña. Lula afirma que durante su mandato combinará responsabilidad fiscal y social y desarrollo sostenible

Como el ‘renacido’, o el Ave Fénix que surgió de las cenizas, calificaron medios internacionales el triunfo electoral de Luiz Inacio Lula da Silva, que en las elecciones en segunda vuelta del pasado domingo 30 de octubre, se impuso con un 50.9 por ciento de los votos, frente a Jair Bolsonaro, actual mandatario que aspiraba a la reelección, quien obtuvo el 49.1 por ciento de las papeletas.

Brasil vivió en la última semana de campaña una especie de alerta roja, en la que las fuerzas políticas y sociales del país estuvieron tensadas al máximo. Si bien todas las encuestas en repetidas ocasiones arrojaron un resultado favorable al candidato del Partido de los Trabajadores, también es cierto que Bolsonaro estuvo acortando distancias, y en un final de infarto siempre quedaban las dudas si Lula ganaría con holgura la contienda.

En medio de una gran polarización, a los brasileños les quedaba por delante el dilema de escoger entre un modelo de desarrollo democrático propuesto por la coalición de fuerzas progresistas, o el modelo autoritario encarnado en Bolsonaro.

El pueblo votó finalmente por un proyecto democrático, y el triunfo alcanzado no solo tiene hondas repercusiones para el futuro del país más poblado y desarrollado del continente sino para toda la región latinoamericana. De hecho, la llegada de Lula al poder significa que definitivamente América Latina opta por el camino de los gobiernos progresistas. Camino que contrasta con el avance de fuerzas fascistas y de ultraderecha en Europa.

Lula será el primer brasileño en ocupar por tercera vez la silla presidencial en el palacio de Planalto, tras liderar a Brasil entre 2003 y 2010. Ha obtenido sin embargo el resultado más estrecho, desde lo que denominan en ese país la ‘redemocratización’ de la nación. En cambio, Bolsonaro será recordado como el primer presidente que no alcanzó la reelección en la era ‘postdemocrática’.

En el conteo oficial de votos comenzó ganando Bolsonaro, pero fue superado por Lula en la medida en que entraron los votos de los Estados pobres del norte y el nordeste, vale decir, los Estados obreros.

Pero el Brasil que recibió Lula en 2003 nada tiene que ver con el que recibirá de Bolsonaro, cuyo mandato de cuatro años deja una sociedad extremamente fracturada, y un contexto económico y social lastrado por la inflación y el disparado gasto público. Además, para sacar su programa adelante deberá negociar con el Congreso más derechizado y conservador salido de estas elecciones, dominado por los partidos aliados de Bolsonaro.

Lula, pues, ha ganado por una mínima ventaja, pero lo más importante es que ha logrado derrotar a uno de los gobiernos más oprobiosos y recalcitrantes de Brasil. La victoria de Lula pone fin a cuatro años de bolsonarismo, simboliza un espectacular renacer de Lula y de su proyecto de gobierno popular, después de que en 2018 fue encarcelado y se le suspendieron sus derechos políticos. Es el renacer del Ave Fénix, es el milagro. La izquierda brasileña no tenía además otro candidato con las condiciones de Lula, que fuera capaz de derrotar a Bolsonaro.

Ahora viene el reto de reunificar a un país sumamente polarizado. Restañar la economía, la salud, vencer la pobreza, liquidar la violencia callejera, frenar la deforestación de la Amazonia, superar el bajo crecimiento, son los retos que afronta el nuevo gobierno, que comienza el primero de enero próximo.

Pacificar el país y gobernar para todos, en especial para los más vulnerables, ha sido uno de los mensajes que ha prometido el líder del PT durante esta campaña. Lula afirma que durante su mandato combinará responsabilidad fiscal y social y desarrollo sostenible. También sostiene que revocará muchas de las medidas de Bolsonaro, especialmente las que afectan al medio ambiente: recuperará todas las áreas indígenas y prohibirá cualquier ocupación de minería ilegal y deforestación.

En la noche del pasado domingo, una vez las autoridades electorales confirmaron el triunfo del candidato obrero, Luiz Inacio Lula da Silva pronunció su primer discurso como ganador, que más que reivindicar un triunfo popular fue un verdadero programa de gobierno. Sin vacilaciones prometió acabar con el hambre y proteger la Amazonia de la deforestación, como prioridades de su mandato.

“Estoy aquí para gobernar este país en una situación muy difícil, pero con la ayuda del pueblo vamos a encontrar una salida para que Brasil vuelva a vivir democráticamente”, afirmó el líder del Partido de los Trabajadores desde un hotel de la ciudad de Sao Paulo.

“Esta elección puso frente a frente a dos proyectos diferentes de país, pero hubo un solo ganador, el pueblo brasileño. Esta es la victoria de un inmenso movimiento democrático que se formó dejando de lado intereses políticos y personales para que la democracia salga victoriosa”, precisó.

“A nadie le interesa vivir en un país dividido en permanente estado de guerra. Este país necesita paz y unión. Voy a gobernar para todos los 215 millones de brasileños, incluso para quienes no me votaron. No existen dos Brasil”, dijo Lula, de 77 años. El candidato del PT acusó a Bolsonaro de haber puesto en marcha la máquina del Estado al servicio de su reelección y de haber diseminado el odio en el país.

“La mayoría del pueblo dejó bien claro que desea más y no menos democracia, más y no menos inclusión social, más y no menos respeto y entendimiento entre los brasileños. El pueblo desea más libertad, igualdad y fraternidad en nuestro país. El pueblo quiere comer bien, vivir bien, quiere empleo bien remunerado, quiere políticas públicas de calidad, quiere libertad religiosa y libros en lugar de armas”, ratificó en medio de nutridos aplausos de los asistentes.

En el contexto latinoamericano, el triunfo de Lula ha sido recibido con esperanza y entusiasmo. Varios mandatarios regionales enviaron mensajes de felicitación y reconocimiento al ganador de la contienda electoral del pasado domingo.

El triunfo de Lula significa la llegada de otro presidente de izquierda en América Latina, y ya diversos analistas vaticinan la conformación de un eje regional Gustavo Petro, Lula, Andrés Manuel López Obrador, Boric, Nicolás Maduro, y con posturas menos radicales, Alberto Fernández, Pedro Castillo y Luis Arce.

Seguramente Lula se alineará con Colombia en defensa de la ‘Paz Total’, en contra de la deforestación de la Amazonia y en las tareas de lucha contra el cambio climático.